Color & Movimiento: Marina de Nuevo

Publicado por Sebastião Verly 17 de mayo de 2011


Prof. Lopes, Diretor y Marianne Moreira, Coordinadora de Eventos del IBS, al centro la Diputada Jô Moraes

El arte estimula a la vida. Los artistas crean obras a las que dan vida, y estas por su lado les dan una nueva vida para su creación artística innovadora.

Esta fue la primera alegría y el sentimiento que se mantuvo durante las horas que pasé en la exposición de la artista plástica Marina Jardim, que inauguraba la Galería IBS, un excelente espacio ofrecido por dicho instituto, en la Avenida Prudente de Morais 444, en el barrio Cidade Jardim.

Ya en la entrada fui privilegiado con las explicaciones de la curadora Rozana Soares. Me contó todo lo que se esmeraron para presentar lo mejor, porque concomitantemente tuvieron que seleccionar obras de la artista para una exposición colectiva en la Cámara Federal, en Brasília.

La Curadora Rozana Soares, el músico Carlos Dijon y la decoradora Mércia Gomes

Esta artista abre sus propias puertas con simplicidad, talento y osadía.

Marina Jardim, en una fase de grandes transformaciones, superó los desafíos de la vida y trajo lo que tiene en el corazón. En los últimos seis meses la artista nacida en Rubim, en el Valle de Jequitinhonha, frente a los imprevistos que la vida le impuso, buscó solidaridad en su gente amiga, unos famosos, otros no. Buscó todas las fuerzas y la sabiduría en su propia alma juguetona forjada en el Jequitinhonha para brindarle al público esas obras inéditas, como siempre, con un estilo bien personal y creativo. La artista da un gran salto en su trayectoria de vida y al mismo tiempo se mantiene fiel a sus orígenes y a su estilo. Marina paseó de nuevo por las calles de Rubim. Captó imágenes e impresiones que transforma en expresiones personales, sólo cambian los rumbos individuales, los cuadros se renuevan, manteniéndose los temas traídos de la infancia.

Marina está más suelta, más alegre y más auténtica en su simplicidad en esta fase afirmativa de sus valores más nobles. Los cuadros nos lo dicen, guarda sus vínculos sociales y culturales y se libera, en su esencia, para el mundo. Delante de mi sorpresa con tan bellas y originales obras de arte, la autora me contó que fue la “fuerza del amor” la que la hizo crear tantas bellezas. Telas nuevas, temas nuevos, pero el sentimiento puro era el de siempre: el amor a la vida, a la cultura y a la historia del Valle. Recuerdos saludables de los tiempos que se van. Trajo del fondo de su alma recuerdos de las celebraciones, de las fiestas, memorias a su manera, de artista, con don y maestría, para colocar en la tela la imaginación personal del folklore y de la cultura de ese pueblo conocido por todo el mundo, y que parece más una nación, con sus costumbres y luchas populares, su arte y su gente.

La exposición se abrió con las más altas pompas y galas. Aparte del poeta Gonzaga Medeiros, quien recita maravillosamente y de los músicos Lucinho Cruz, Ivan Bahia y pequeños valores de la región, ahí estaba la fina flor del Valle. Gente del Valle, que vale más en esas horas. Dejo de citar nominalmente a todos los que estaban en la abertura de la exposición porque dejaría de mencionar a muchas personas significativas debido a la gran calidad y cantidad de presentes en la magnífica exposición inaugural.

Artistas de renombre, políticos destacados, gente del arte en general, críticos y admiradores, cruzaban el gran salón de la exposición. Gente del Valle traía a sus hijos e hijas, desde los pequeñitos a los grandotes, como el Pola, hijo del productor musical Tadeu Martins, que llegó un poco antes que su padre. Personalidades, celebridades y gente como nosotros, amigos para siempre, comparecieron para un abrazo leal, fraternal y sincero. Sería una tarea compleja relacionar los nombres de tantos artistas e intelectuales conocidos que llegaron para apreciar las nuevas pinturas de Marina, para prestigiar el evento y saludar a la promisoria artista. Nunca vi una exposición tan llena de renombres y celebridades.

Menciono a la diputada Jô Morais, que permaneció durante casi todo el tiempo en la inauguración y gesticulaba “positivamente” con el pulgar para arriba cada cuadro que apreciaba. Los cuadros sin molduras destacaban aún más el “mensaje” que traían y llenaban la vista de todos aquellos con espíritu sensible para vivir tales emociones.

Este cronista que vos escribe al lado de la artista

Dotada de buen gusto, pasión y técnica, lo más reciente de su creación artística son situaciones recurrentes a la cultura popular refinadas por su pincel mágico. De la gracia de su juego con pinceles y pinturas nacen los más lindos coloridos, colores & movimientos, que sólo ella sabe combinar, trazos alegres y divertidos, su estilo puede ser apreciado en una selección variada, al mismo tiempo que realza destaques de varias vertientes de la temática regional con maestría e imaginación innatas. Marina siente y transfiere para la tela el estado de emoción en que su ser se encuentra en el momento de inspiración y que sublima la simplicidad festiva de su gente y su tierra.

Es difícil clasificar su estilo: va más allá del impresionismo y del expresionismo, trae lo clásico y lo popular, engloba lo simple y lo complejo del folklore y de la cultura, en un conjunto que sintetiza en armonía lo bello e inteligente.

La nueva serie revitaliza una pintura colorida y dinámica, de ahí el nombre de la exposición, Color & Movimiento, con los más diversificados personajes individuales y colectivos inseridos en el paisaje del Valle do Jequitinhonha. Enamorada de la vida, Marina pinta y retrata lo que viene de su alma. Sus cuadros muestran una proyección de la geografía del espíritu humano de su pueblo y su espiritualidad, en una forma que ordena los hechos del existir, de donde ella extrae una casi coherencia, una sensible armonía de trazos y espacios. Su pintura traduce toda la secuencia lúdica y fiestera de su gente, ruidosas historias, en una concepción amplia y personal que de todas formas queda silenciosa en sus telas y muestra la intención humana de perpetuar las costumbres como si fuese a dejarlas en nuestra memoria para siempre.

Conversé la mayor parte del tiempo que estuve allá con el respetado crítico de arte Morgan da Motta que desde lo alto de sus 69 años, casi 70, elogió varias veces y repitió su encanto con las obras de Marina. Se acordaba de su texto que mencionaba danzas, juergas, fiestas, juguetes como peonza, molinillo, barquito, peteca… de la infancia de Marina…

Si dependiera del crítico Morgan Motta, Marina estaría luego en las galerías de New York, Londres, Paris, Roma, Madrid y Lisboa para coronar su éxito en Brasil. Con tal premonición es sólo invertir en sus bellos cuadros y esperar un poco.

Fotos: Jotaerre

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