La Disciplina Contra la Instalación Foránea

Publicado por Editor 7 de enero de 2020

 

La única alternativa para la humanidad es la disciplina. La disciplina es el único medio de detener la instalación foránea. Pero con disciplina no quiero decir rutinas severas. No quiero decir despertar temprano a las cinco y media de la mañana y mojarse el rostro con agua fría hasta quedar azul. Los brujos entienden por disciplina la capacidad de enfrentar con serenidad obstáculos que no están incluidos en nuestras expectativas. Para ellos la disciplina es un arte: el arte de enfrentar el infinito sin titubear, no porque son fuerte y resistentes, sino porque están llenos de respeto y asombro.

Los brujos dicen que la disciplina torna la capa brillante de consciencia no agradable al volador. El resultado es que los predadores quedan desorientados. Supongo que la capa brillante de consciencia, que no es comestible, no haga parte de su cognición. Después de quedar desorientados, ellos no tienen otra alternativa que la de dejar su tarea abominable.

Si los predadores no comen nuestra capa brillante de consciencia durante un período, ella continúa creciendo. Simplificando esa cuestión al extremo, puedo decir que los brujos, por medio de su disciplina, alejan a los predadores el tiempo suficiente para permitir que su capa brillante de consciencia crezca más allá del nivel de los dedos de sus pies. Una vez sobrepasado ese nivel ella crece de nuevo hasta su tamaño y volumen naturales. Los antiguos brujos acostumbraban decir que la capa brillante de consciencia es como un árbol. Si no se poda, crece hasta su tamaño y volumen naturales. A medida que la consciencia alcanza niveles más altos que los dedos de los pies, las maniobras tremendas de percepción se tornan un hecho natural.

El gran truco de aquellos brujos de los tiempos antiguos era cargar la mente de los voladores con disciplina y silencio interior. Descubrieron que si sobrecargaban la mente de los voladores, ésta, subyugada, huiría, dándoles certeza total de su origen foránea.

El peligro real es que la mente de los voladores puede vencer la batalla al hacer que te canses y forzarte a renunciar, jugando con la contradicción entre lo que ella dice y lo que yo digo.

Mira, la mente de los voladores no tiene competidores. Cuando propone algo, concuerda con la propia propuesta, y hace que creas que haces algo de valor. La mente de los voladores te dirá que lo que Juan Matus te dice son puras tonterías, y la misma mente concordará con la propia propuesta. Esa es la forma por la cual nos sobrepujan.

La instalación foránea vuelve, te aseguro, pero no tan fuerte, y comienza un proceso en el cual la fuga de la mente de los voladores se vuelve rutina, hasta que un día huyen para siempre. Ciertamente un día triste! Ese es el día en que debes confiar en tus propios recursos, que son casi cero. No hay nadie para decirte qué hacer. No hay ninguna mente de origen foránea para dictar las imbecilidades a las que estás acostumbrado.

Ese el día más duro en la vida de un brujo, pues la mente real que nos pertenece, la suma total de nuestras experiencias, el tonal, después de toda una vida de dominación, se tornó tímida, insegura, evasiva. Personalmente, diría que la verdadera batalla de los brujos comienza en ese momento. El resto es una mera preparación.

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