Memorias gastronómicas de un belorizontino – las bebidas

Publicado por Sebastião Verly 19 de mayo de 2010

En cuanto a las bebidas sin alcohol, antes reinaba el guaraná caçula. La “novedad” eran las gaseosas de las marcas Coca-Cola y Crush que avanzaban en el mercado. Un poco menos, bebíamos Coca, Pepsi, Crush, Grapete, el famoso Mate Couro que aún está por ahí, el agua tónica, la soda y el guaraná Gato Preto, de la Fábrica de Bebidas Paraguai. Mataban la sed y ayudaban a la digestión. El Grapete heladito era considerado la bebida más sabrosa. En el campo de las bebidas alcohólicas dominaban las cachazas Tres Fazendas, Tatuzinho, Silvana, Januária, aparte de aquellas que se decían venidas del alambique. Muchas de ellas eran mezcladas y eran llamadas “cachazas bautizadas”.

La mezcla de Ron con Coca-Cola daba una bebida conocida por el nombre de “cuba-libre” y la de Crush con vodka, “hi-fi”. Esas mezclas eran apreciadas por los jóvenes frecuentadores de bares nocturnos. Debido al bajo costo cuando se preparaban en casa, bebíamos “hi-fi” y “cuba-libre” los fines de semana en que no contábamos con un programa mejor. Las combinaciones eran hechas también con limón. El “batido de limón” era preparado en cantidades mayores y quedaba listo para la disposición de los consumidores; hoy sería condenado por el peligro de intoxicación que esta condición acarrea. Después vino la caipirinha, mezcla de cachaza, limón, azúcar y hielo. Se bebía gin con agua tónica, una bebida deliciosa para embriagarse, con el nombre poco creativo de “gin tónica”. Un poco más fuerte era la cola de gallo. Había gente que mezclaba cachaza con vermut y quienes preferían coñac, vermut y “trazado”, que era una mezcla de coñac y cachaza. De este tiempo consta que el alcalde Amintas de Barros, a quien le gustaba mucho tomarse unos traguitos, cierto día, al ser consultado sobre su apreciación del trazado de Belo Horizonte, evidentemente pensando en términos urbanísticos, él dijo: “le están poniendo demasiada cachaza al trazado”.

Había cervezas sólo en botellas de ¾ de litro y sólo teníamos la Brahma y la Antártica, esta última fabricada en Belo Horizonte, donde hoy está el Shopping Oiapoque.

El chop era bastante restricto. Los locales favoritos para tomar un delicioso chop bien helado eran el Pinguim, en la calle Espírito Santo, la Gruta OK, en la calle da Bahia, la Tiroleza, que quedaba en la Avenida Amazonas, un poco encima de la Plaza 7 y una cantina, que yo creo que era la de Alvim, también en la calle Espírito Santo. Además estaba el Gaivota, que era más para homosexuales y en la época yo no osaba a entrar allá.

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