Sacerdocio y Política – Parte 1 – Conflicto en la Iglesia

Publicado por Padre Joao Delco Mesquita Penna 18 de julio de 2012

 

Querido amigo lector, quiero reflexionar en este artículo sobre un asunto que todavía es polémico y que personalmente considero importante su reflexión pública. Quiero tratar la participación del padre católico en la política y la posición oficial de la jerarquía de la iglesia. En las últimas elecciones, más de cien padres participaron de las disputas electorales en Minas Gerais, nueve de ellos fueron electos alcaldes, algunos otros concejales y uno diputado. Decenas de otros padres en todo Brasil participan de forma directa o indirecta del proceso electoral, aunque sin ejercer cargos electivos. Este año fueron tantos los padres que pidieron a la Archidiócesis de Natal, en Rio Grande do Norte, disputar el cargo de alcalde, que el arzobispo don Jaime Vieira Rocha divulgó una nota prohibiendo a todos ellos candidatearse. Una serie de documentos redactados por algunas diócesis en Brasil demuestran la posición restrictiva de la jerarquía de la Iglesia.

El papa Benedicto XVI ha defendido firmemente que los padres deben permanecer alejados de un compromiso personal en la política, campo que consideró reservado a los fieles laicos. La entrada de los padres en la política, alertó, podría comprometer la unidad y la comunión de todos los fieles. Hablando a los obispos brasileños, Benedicto XVI afirmó recientemente la necesidad de evitar la secularización de los sacerdotes y la clericalización de los laicos.

Los obispos brasileños, preocupados en obedecer al Vaticano, están teniendo dificultad en lidiar con la iniciativa de los padres de participar de la actividad político-partidaria. Algunos obispos vienen asumiendo actitudes duras, con desprecio, humillación y amenazas a los padres que con coraje asumen el compromiso de colocar su nombre a disposición de la comunidad en la condición de un candidato electivo. Muchos obispos llegan a decir que el padre que sea candidato será suspendido del ministerio sacerdotal durante la campaña y, si fuese electo, durante el ejercicio del mandato. Algunos afirman que, en teoría, el padre puede retornar, pero es necesario analizar el comportamiento durante el período en que estuvo alejado. “Depende de cómo las cosas van a acontecer, hay un programa de reciclaje y es necesario ver si él (el sacerdote alejado) se encuadra”, dijo un obispo en una entrevista.

En la Iglesia Católica, con el pasar del tiempo, todos o casi todos, clero y laicos, incluyendo parte de la jerarquía, han concordado con el gran estudioso francés, Padre Lebret: “La política es la ciencia, el arte y la virtud del bien común”.

 Sin embargo, el mal uso de la política genera incomodidades para todos. Los malos políticos pueden incluso crear en todos nosotros la tentación de desvalorizarla e incluso de eliminarla, lo que sería una falta de sentido común imperdonable. Pero el verdadero concepto de Política viene de “polis”, palabra griega que significa ciudad. La ciudad es la aglomeración social compleja, el lugar de convivencia económica, social y cultural intensiva, al contrario de las antiguas sociedades rurales, donde cada familia producía todo lo que era necesario para su sobrevivencia.

Política es el gobierno de la ciudad. Desde el punto de vista ético o valórico, podríamos afirmar que la política es el conjunto de acciones por las cuales los hombres y las mujeres buscan una forma de convivencia entre los individuos, grupos, naciones, ofreciendo condiciones para la realización del bien común.

Así, desde el punto de vista de los medios, o de la organización, la política es el ejercicio del poder y la lucha para conquistarlo. Por eso es que en los últimos años, el pueblo, cansado de políticos clientelistas  y asistencialistas, cuando percibe que un padre está haciendo un buen trabajo al frente de una iglesia, animando a las comunidades, estimulando la participación popular, consolando a los afligidos, tomando decisiones favorables para el bien de la comunidad y denunciando injusticias, comienza a pedirle por favor que asuma el gobierno de la ciudad. Así, en una acción de ayuda mutua de la ciudadanía, el pueblo desafía al poder económico y con consciencia política elige a padres que ya se revelaron como buenos pastores de comunidades cristianas. Después de ser electos, algunos de esos padres sufren persecuciones de líderes de la propia institución de la iglesia, en la persona del obispo, de otros superiores y de los propios colegas de sacerdocio que no logran entender que es posible trabajar la dimensión político-partidaria como instrumento de construcción de una vida digna, justa y fraterna.

Estimado amigo, veamos que al interior de las Iglesias Cristianas, a lo largo del tiempo, el tema de política partidaria ha sido tratado de forma superficial, muchas veces sin ninguna relevancia criteriosa desde el punto de vista ético a la hora de escoger a sus candidatos. Con el pasar de nuestra historia, aunque la Iglesia haya elaborado diversos documentos al respecto de este asunto, normalmente entre los católicos no se discute el tema de la política partidaria desde hace ya un buen tiempo. Aunque todos tengan sus candidatos, muchos  no se preocupan en saber si son moralmente éticos, “ficha limpia” o no. La Iglesia Católica posee una Comisión de Educación Política que en general funciona solamente en tiempos de elección y que presta muy pocos servicios a los cristianos.

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