René Descartes – Frases – parte II

Publicado por Editor 6 de marzo de 2014

 

Conocimiento, Ciencia, Filosofía

En cuanto a la lógica, sus silogismos más bien sirven para explicar a otros las cosas ya sabidas, que para aprender.

Hoy no podría concederle demasiado a mi desconfianza, ya que que ahora no es tiempo de actuar, sino sólo de meditar y de conocer.

La filosofía que cultivo no es ni tan bárbara ni tan accesible que rechace las pasiones; por el contrario, es sólo en ellas que reside la dulzura y felicidad de la vida.

Casi nunca confío en los primeros pensamientos que se me vienen a la mente.

No hay nada que dominemos completamente a no ser nuestros pensamientos.

No existen métodos fáciles para resolver problemas difíciles.

Tomé la decisión de fingir que todas las cosas que hasta entonces habían entrado en mi mente no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños.

Sería absurdo que nosotros que somos finitos tratásemos de determinar las cosas infinitas.

Despréndete de todas las impresiones de los sentidos y de la imaginación, y no te fíes sino de la razón.

Para mejorar nuestro conocimiento debemos aprender menos y contemplar más.

Muchas veces las cosas que me parecieron verdaderas cuando comencé a concebirlas, se volvieron falsas cuando quise colocarlas sobre el papel.

La lectura de todos los buenos libros es como una conversa con los mejores espíritus de los siglos pasados, que fueron sus autores, y es una conversa estudiada, en la cual ellos nos revelan sus mejores pensamientos.

Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro. Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no me desespero en aprender.

Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás.

Abrigamos una multitud de prejuicios si no nos decidimos a dudar, alguna vez, de todas las cosas en que encontremos la menor sospecha de incertidumbre.

Para investigar la verdad es necesario dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas.

La matemática es la ciencia del orden y la medida, de bellas cadenas de razonamientos, todos sencillos y fáciles.

Divide las dificultades que examinas en tantas partes como sea posible para su mejor solución.

Percibí que todo saber que yo buscaba podía ser encontrado en mí mismo o en el gran libro del mundo.

Desde hace mucho tiempo había notado que en lo que respecta a la conducta, es necesario algunas veces seguir como indudables opiniones que sabemos ser muy inciertas, (…). Pero ahora que decidí dedicarme solamente al descubrimiento de la verdad, pensé que era necesario proceder exactamente de manera opuesta, y rechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudiese imaginar la menor duda, con el fin de ver si después de eso, no quedaría cualquier cosa en mis opiniones que fuese completamente indudable.

Así, porque nuestros sentidos nos engañan algunas veces, yo quise suponer que nada hay que sea tal como ellos lo hacen imaginar. Y porque hay hombres que se equivocan al raciocinar hasta en los más simples temas de geometría, y en ellos cometen paralogismos, rechacé como falsas, por estar sujeto a equivocarme como cualquier otro, todas las razones que hasta entonces usé en las demostraciones.

Para examinar la verdad, es necesario una vez en la vida, colocar todas las cosas en duda lo máximo que sea posible.

Nadie puede concebir tan bien una cosa y hacerla suya, cuando la aprende de otra persona, en vez de inventarla él mismo.

¿Pero qué soy yo entonces? Una cosa que piensa. ¿Y qué es una cosa que piensa? Pienso, luego existo… Pensaré que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y todas las cosas exteriores que vemos no pasan de ilusiones y engaños de que él, un dios engañador, sólo sirve para sorprender mi credulidad. Me consideraré a mí mismo como no teniendo manos, ni ojos, ni carne, ni sangre, y como no teniendo ninguno de los sentidos, pero creyendo falsamente poseer todas esas cosas. Permaneceré obstinadamente apegado a ese pensamiento, y si por ese miedo, no estuviera en mi poder el alcanzar el conocimiento de ninguna verdad, por lo menos estará en mi poder hacer la suspensión de mi juicio… Puedo dudar de todo, pero tengo la certeza que estoy aquí pensando, dudando. Soy un ser que duda, que piensa.

Se deberá evitar toda “precipitación” y todo el “prejuicio” al analizarse un asunto y sólo tener por verdadero lo que sea claro y distinto.

Toda la filosofía es como un árbol, cuyas raíces son formadas por la metafísica, el tronco por la física, y los ramos que salen de ese tronco, constituyen todas las otras ciencias que al cabo se reducen a tres principales: la medicina, la mecánica y la moral (…).

Me interné en una caverna donde no encontrando ninguna conversa que me distrajera, y no teniendo, felizmente, ninguna preocupación ni pasión que me perturbase, me quedaba el día entero solo cerrado en un espacio templado, donde tenía bastante tiempo disponible para entretenerme con mis pensamientos.

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