El impulso de la Tierra

Publicado por Editor 3 de diciembre de 2012

He hablado sobre los grandes descubrimientos que hicieron los antiguos videntes. Así como descubrieron que la vida orgánica no es la única vida presente en la Tierra, también descubrieron que la propia Tierra es un ser vivo.

Los antiguos videntes vieron que la Tierra tiene un capullo. Vieron que existe una bola circundando la Tierra, un capullo luminoso que contiene las emanaciones del Águila. La Tierra es una gigantesca ser consciente, sujeto a las mismas fuerzas que nosotros.
Al descubrir eso, los antiguos videntes quedaron inmediatamente interesados en el uso práctico que podrían aprovechar de esos conocimientos. El resultado de su interés fue que las categorías más elaborada de sus brujerías tenían que ver con la Tierra. Consideraban a la tierra como fuente última de todo lo que somos. Y los antiguos videntes no estaban equivocados al respecto, porque la Tierra es justamente nuestra última fuente.

Fueron los antiguos videntes los que al descubrir que la percepción es alineamiento, tropezaron en algo monumental. La parte triste es que sus aberraciones impidieron nuevamente que supieran lo que habían realizado.

La llave mágica que abre las puertas de la Tierra es hecha de Silencio Interior y cualquier otra cosa que brille. Lo que se debe hacer es simplemente cortar el diálogo interno. La clave de todo es el conocimiento de primera mano de que la Tierra es un ser consciente y que, como tal, puede darle a los guerreros un gran impulso, un empujón que viene de la consciencia de la propia tierra en el instante en que las emanaciones apropiadas del interior del capullo de los guerreros se alinean con las emanaciones apropiadas del interior del capullo de la Tierra. Una vez que tanto ella cuanto el hombre son seres conscientes, sus emanaciones coinciden, o mejor dicho, la Tierra posee todas las emanaciones presentes en el hombre y, aparte de eso, todas las emanaciones presentes en todos los seres conscientes, orgánicos e inorgánicos.

Cuando ocurre el alineamiento los seres conscientes usan este alineamiento de un modo limitado y perciben su mundo. Los guerreros pueden usar ese alineamiento para percibir, como todos los demás, o usarlo como un impulso que les permita entrar en mundos inimaginables.

Lo desconocido no está realmente dentro del capullo del hombre, en las emanaciones intocadas por la consciencia, y sin embargo, de cierto modo, está allá. Ese es el punto que tú no comprendiste. Cuando te dije que podemos aglutinar siete mundos aparte del que conocemos, entendiste que esto es algo interno, porque tiende a creer que está sólo imaginando todo lo que hace.

Las emanaciones presentes dentro del capullo del hombre sólo están allí para la consciencia, y la consciencia combina aquellas emanaciones con una cantidad igual de emanaciones libres. Estas se llaman emanaciones libres porque son inmensas; y decir que dentro del capullo de la Tierra está lo desconocido es decir que dentro del capullo del hombre está lo incognoscible.

Mientras tanto, en el interior del capullo de la Tierra también está lo desconocido, y dentro del capullo del hombre lo desconocido son las emanaciones no tocadas por la consciencia. Cuando el brillo de la consciencia las toca, se tornan activas y pueden ser alineadas con las emanaciones libres correspondientes. Cuando eso acontece, lo desconocido es percibido y se torna conocido.

Cuando el punto de encaje del hombre se mueve más allá de un límite crucial, los resultados son siempre los mismos para cualquier hombre. Las técnicas para hacerlo desplazar pueden ser muy diferentes, pero los resultados son siempre los mismos, o sea: el punto de encaje aglomera otros mundos, auxiliado por el impulso de la Tierra.

La dificultad para el hombre medio es el diálogo interno. La persona sólo puede usar el impulso cuando alcanza un estado de Silencio total. La rapidez del impulso va a disolver todo en ti. Bajo su impacto nos volvemos nada. Velocidad y sentido de existencia individual no combinan.
Hay una cosa que tú todavía no entendiste sobre la Tierra y es que ella es un ser consciente. Nosotros los seres vivos somos perceptores. Y percibimos porque algunas emanaciones del interior del capullo del hombre se alinean con algunas emanaciones de afuera. El alineamiento por lo tanto es el pasaje secreto, y el impulso de la Tierra es la llave.

El alineamiento debe ser un acto muy pacífico, imperceptible. Nada de salir volando, nada de espectacular. Cuando el punto de encaje aglomera un mundo, ese mundo es total. Esta es la maravilla en que los antiguos videntes tropezaron sin nunca percibir lo que era: la consciencia de la Tierra puede darnos un impulso para alinear otras grandes fajas de emanaciones, y la fuerza de ese nuevo alineamiento hace al mundo desaparecer.

Todas las veces que los antiguos videntes realizaban un nuevo alineamiento creían que habían bajado a las profundidades de abajo o subido a los cielos de arriba. Nunca supieron que el mundo desaparece en el aire cuando un nuevo alineamiento total nos hace percibir otro mundo total.

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