El enigma del corazón

Publicado por Editor 16 de mayo de 2013

Los brujos en un esfuerzo para protegerse del avasallador efecto del conocimiento silencioso, desarrollaron el arte del acecho. El acecho mueve el punto de encaje mínima pero firmemente, propiciándole de ese modo tiempo a los brujos y, por lo tanto, la posibilidad de apoyarse.

El acecho tuvo orígenes muy humildes y accidentales. Partió de la observación hecha por los nuevos videntes de que cuando los guerreros se comportan por algún tiempo de modo fuera de lo habitual, las emanaciones no usadas en el interior de sus capullos comienzan a brillar. Y sus puntos de encaje se mueven de manera suave, armónica, muy poco perceptible.

Estimulados por esa observación, los nuevos videntes comenzaron a practicar el control sistemático del comportamiento. Le llamaron a esa práctica el arte del acecho – un nombre apropiado, porque el acecho envuelve a un tipo específico de comporamiento ante las personas, un comportamiento que puede ser catalogado como subrepticio.

Acechar es un procedimiento muy simple. Acechar es un comportamiento especial que sigue ciertos principios. Es un comportamiento secreto, furtivo, engañoso, designado a provocar un choque. Y cuando te acechas a ti mismo, te chocas a ti mismo, usando tu propio comportamiento de un modo implacable y astuto.

Los nuevos videntes, armados con esa técnica, sondaron lo conocido de una manera sobria y fructífera. Por la práctica contínua, hicieron mover constantemente sus puntos de encaje

Algunos brujos tienen un rechazo al término acecho, pero el nombre surgió porque implica un comportamiento subrepticio. Es llamado también el arte de lo furtivo, pero ese término es igualmente desafortunado. Nosotros mismos, debido a nuestro temperamento no militante, lo llamamos arte de la locura controlada. Puedes llamarlo como quieras. Sin embargo, vamos a continuar con el término acecho una vez que es tan fácil decir acechador y tan extraño decir hacedor de locura controlada.

El acecho es una de las mayores realizaciones de los nuevos videntes. Ellos decidieron que debería ser enseñada al maestro-brujo de los días modernos cuando su punto de encaje ya se hubiese movido bien profundamente hacia el lado iqzquierdo. El motivo de esta decisión es que un maestro brujo necesita aprender los principios del acecho sin la incomodidad del inventario humano. Al final, el maestro brujo puede ser el líder de un grupo, y para liderarlo debe actuar rápidamente, sin tener que pensar primero.

Otros guerreros pueden aprender a acechar en su consciencia normal, aunque sea aconsejable que lo hagan en consciencia intensificada… no tanto por el valor de la consciencia intensificada, sino porque esto infunde al acecho de un misterio que ella en verdad no posee, acechar es meramente un comportamiento frente a las personas.

El acecho fue desarrollado exclusivamente por los nuevos videntes. Son los únicos videntes que tuvieron que lidiar con personas. Los antiguos estaban tan enredados en su sentido de poder que sólo percibieron que las personas existían cuando ellas comenzaron a golperarles las cabezas.

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