El Brillo de la Consciencia

Publicado por Editor 22 de enero de 2021

Los nuevos videntes, empapados de una naturaleza práctica, son capaces de ver un flujo de emanaciones y ver como el hombre y los otros seres vivos las utilizan para construir su mundo perceptible.
Normalmente el brillo de la consciencia es visto en la superficie del capullo de todos los seres conscientes. Sin embargo es después de que el hombre desarrolla la atención que el brillo de la consciencia adquiere profundidad. En otras palabras, es transmitido desde la superficie del capullo a un cierto número de emanaciones en el interior del mismo.            Es tan simple que parece una idiotez. Para un vidente los hombres son seres luminosos. La luminosidad se debe a que una porción de estas emanaciones está encerrada en una especie de capullo con forma de huevo. Nosotros somos seres luminosos. Esa porción particular, esa porción de emanaciones que está encerrada es lo que nos torna hombres. Percibirlo es compatibilizar las emanaciones contenidas dentro de nuestro capullo con las que se encuentran afuera. Son como filamentos de luz.
Lo que es incomprensible a la consciencia normal es que los filamentos tienen consciencia de sí mismos, están vivos y vibran. Existen tantos de ellos que el número no tiene ningún significado. Cada uno de ellos es una eternidad en sí mismo.
Los videntes pueden ver, por ejemplo, las emanaciones en el interior de cualquier criatura viva y pueden decir cuál de las emanaciones externas irá a compatibilizarse con ellas.
La consciencia da origen a la percepción, una condición de alineamiento: las emanaciones en el interior del capullo quedan alineadas con las exteriores, que se adaptan a ellas. El alineamiento es lo que permite que la consciencia sea cultivada por toda la criatura viva – un ser luminoso que parece una burbuja de luz blanquecina.
Los seres sintientes son diminutas burbujas hechas de esos filamentos, microscópicos puntos de luz, ligados a las emanaciones infinitas.
La luminosidad de los seres vivos es constituida por la porción particular de las emanaciones del Águila que está dentro de los capullos luminosos. La luminosidad de las emanaciones del Águila en el exterior del capullo aumenta la luminosidad de las emanaciones en su interior. La luminosidad externa atrae la interna; ella la aprisiona, por decirlo de un modo, y la fija. Esa fijación es la consciencia que tiene cada ser vivo.
Las emanaciones del Águila son más que filamentos de luz. Cada una de ellas es una fuente de energía ilimitada. Intenta pensar así: una vez que algunas de las emanaciones exteriores del capullo son las mismas que las emanaciones interiores, sus energías son como una presión continua. Pero el capullo aísla las emanaciones que están dentro de su trama y de esa manera dirige la presión.
Te dije que los antiguos videntes eran maestros del arte de manipular la consciencia. Lo que puedo agregar ahora es que eran los maestros de ese arte porque aprendieron a manipular la estructura del capullo y desvendaron el misterio de estar consciente. La consciencia es un brillo en el capullo de los seres vivos – el brillo de la consciencia.     La consciencia del hombre es un brillo de luminosidad ambarina más intensa que el resto del capullo. Ese brillo está en una porción estrecha y vertical en el lado extremo derecho del capullo, corriendo por toda su longitud. El talento de los antiguos videntes consistía en mover ese brillo, en hacerlo esparcirse a partir de su punto original, en la superficie del capullo, hacia dentro, por todo su ancho.
La presión que las emanaciones externas al capullo, llamadas emanaciones libres, ejercen sobre las emanaciones interiores es la misma en todos los seres conscientes. Sin embargo, los resultados de tal presión son inmensamente diferentes entre ellos, porque sus capullos reaccionan a ella de todos los modos concebibles. Existen grados de uniformidad, dentro de ciertos límites.
Cuando los videntes ven que la presión de las emanaciones libres se aplica a las emanaciones del interior que están siempre en movimiento, y ésta hace que paren de moverse, saben que el ser luminoso en ese momento está fijado por la consciencia.
Decir que las emanaciones libres se aplican a las de dentro del capullo y hacen que paren de moverse significa que los videntes ven algo indescriptible, cuyo significado sin duda conocen. Esto significa que la voz de ver les dice que las emanaciones de dentro del capullo están completamente en descanso y se combinan con algunas de las que están en el exterior.
El grado de consciencia de cada ser sintiente depende del grado al cual él es capaz de dejar la presión de las emanaciones libres llevarlo.
Los videntes afirman que la consciencia siempre viene de fuera de sí mismos, que el misterio real está dentro de nosotros. Ya que por su propia naturaleza las emanaciones libres son hechas para fijar lo que está dentro del capullo, lo que la consciencia hace es dejar a las emanaciones fijadoras fundirse con lo que está en nuestro interior. Los videntes creen que, si permitimos que eso pase, nos tornamos como realmente somos: fluidos, siempre en movimiento, eternos.

(Recopilación Flórion)

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