El Arte del Acecho

Publicado por Editor 2 de agosto de 2022

El arte de acechar es un conjunto de procedimientos y actitudes que permiten a la persona sacar el mejor provecho posible a cualquier situación concebible. Acechar es un arte aplicable a todo, y hay cuatro pasos para aprenderlo: implacabilidad pero con delicadeza, astucia con generosidad, paciencia con atención y dulzura con determinación. Esos cuatro pasos deben ser practicados y perfeccionados hasta que sean tan suaves que pasen desapercibidos. Sé implacable pero encantador, astuto pero simpático, sé paciente pero atento, sé dulce… pero… ¡fulminante!

Para los brujos el acecho es la base sobre lo cual todo lo demás que hacen es construido. De una forma muy resumida, el acecho es el arte de usar el comportamiento de nuevas maneras para propósitos específicos. El comportamiento humano normal en el mundo de la vida cotidiana es rutinario. Cualquier comportamiento que escape a la rutina causa un efecto fuera de lo común en nuestro ser total. Esos efectos poco comunes son la búsqueda de los brujos.

Los brujos videntes de los tiempos antiguos, a través de su visión, primero habían notado que el comportamiento poco común producía un temblor en el punto de encaje. Luego descubrieron que, si el comportamiento poco común era practicado sistemáticamente y dirigido con sabiduría, al final forzaba al movimiento del punto de encaje.

El desafío real para aquellos brujos videntes era encontrar un sistema de comportamiento que no fuese mezquino ni caprichoso, sino que combinase la moralidad y el sentido de belleza que diferencia a los brujos videntes de los simples hechiceros.

Cualquiera que tenga éxito en mover su punto de encaje a una nueva posición es un brujo. Y a partir de esa nueva posición puede hacer todo tipo de cosas buenas y malas a sus semejantes. Ser un brujo, por lo tanto, puede ser lo mismo que ser un zapatero o un panadero. Sin embargo, el objetivo de los brujos videntes es ir más allá de esa posición. Y lo hacen con ética y encantamiento.

La Esencia del Acecho

Sería maravilloso si tú pudieses usar las cuatro disposiciones del acecho como instrumento para llevarlo a la recordación total. La implacabilidad, la astucia, la paciencia y la dulzura son la esencia del acecho. Son lo básico que con todas sus ramificaciones necesita ser aprendido en pasos cuidadosos y meticulosos.

Aprender a acechar es una de las cosas más difíciles que los brujos hacen, y la impecabilidad es la que dicta sus actos. Un punto muy importante a considerar es que, para un observador, el comportamiento de los brujos puede parecer malicioso, cuando en realidad su comportamiento es siempre impecable.

Actos maliciosos son ejecutados por personas que actúan por ganancia personal. Los brujos mientras tanto tienen un propósito superior para sus actos, que nada tiene que ver con ganancia personal. El hecho de que se divierten con sus actos no cuenta como ganancia. Antes, se trata de una condición de su carácter. El hombre común actúa solo si hay oportunidad de lucro. Los guerreros actúan no por el lucro sino por el espíritu de justicia.

Las palabras son muy poderosas e importantes y son propiedad mágica de quien quiera que las tenga. Los hechiceros tienen una regla básica: dicen que cuanto más se mueve el punto de encaje, mayor es la sensación de conocimiento del individuo, pero sin las palabras para explicarlo. A veces el punto de encaje de personas comunes puede moverse sin una causa conocida y sin ellos estar conscientes de eso, excepto porque se quedan con la lengua paralizada, confusos y evasivos.

El primer principio del acecho es que un guerrero se acecha a sí mismo implacablemente, con astucia, paciencia y dulzura.

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