Carlos Castaneda – Frases de Don Juan Matus – Sobre los Caminos

Publicado por Editor 22 de febrero de 2019

La Hierba del Diablo es sólo uno entre millones de caminos. Es uno entre cantidades de caminos. Por lo tanto debes tener siempre en mente que un camino no es más que un camino. Si encuentras que no debe seguirlo, no debes permanecer en él bajo ninguna circunstancia. Para tener una claridad de estas, es  necesario llevar una vida disciplinada. Sólo entonces sabrás que un camino no pasa de ser un camino y no hay afrenta ni para sí mismo ni para los otros cuando se deja, si esto es lo que tu corazón te dice. Pero tu decisión de continuar en el camino o dejarlo debe estar exenta de miedo y de ambición. Yo te prevengo. Mira bien cada camino y con intención. Experiméntalo cuantas veces consideres necesario.

Después pregúntate a ti mismo una cosa. Esta pregunta es una que sólo los hombres muy viejos se hacen. Cierta vez mi benefactor me contó algo al respecto, pero mi sangre era demasiado fuerte para poder comprenderla. Ahora yo la entiendo. Te diré cuál es: ¿ese camino tiene corazón? Todos los caminos son los mismos, no conducen a ningún lugar. Son caminos que atraviesan el matorral o que entran en él. En mi vida puedo decir que ya pasé por caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte. La pregunta de mi benefactor ahora tiene un significado. ¿Este camino tiene corazón? Si tiene, el camino es bueno, si no, de nada sirve. Ninguno de los caminos conducen a alguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno torna el viaje alegre, mientras lo sigas serás uno con él. El otro hará maldecir tu vida. Uno te torna fuerte, el otro te debilita.

Tú crees que hay dos mundos para ti, dos caminos, pero sólo existe uno. El único mundo posible para ti es el mundo de los hombres, y no puedes elegir abandonarlo. Es un hombre. El protector, Mescalito, te mostró el mundo de la felicidad, donde no hay diferencia entre las cosas, porque allá no hay nadie que busque la diferencia. Pero este no es el mundo de los hombres. El protector te sacudió para fuera y te mostró cómo es que el hombre piensa y lucha. Este es el mundo del hombre. Y ser un hombre es estar condenado a este mundo. Tú tienes la presunción de creer que vives en dos mundos, pero esto sólo es vanidad. Sólo existe un único mundo para nosotros. Somos hombres y tenemos que seguir el mundo de los hombres satisfechos.

¿Cómo sabré con certeza si el camino tiene o no tiene corazón?

Cualquier persona sabe de esto. El problema es que nadie hace la pregunta, y cuando al final el hombre descubre que tomó un camino sin corazón, el camino está listo para matarlo. En este punto, muy pocos hombres logran parar para pensar y dejar el camino.

Un camino sin corazón nunca es agradable. Tiene que trabajarse mucho para seguirlo. Por otro lado, un camino con corazón resulta fácil, no cuesta tomarle el gusto.

El deseo de aprender no es ambición. Es nuestro destino como hombres querer saber. Querer el poder sí que es ambición. No dejes que la hierba del diablo te ciegue. Engatusa a los hombres y les da una sensación de poder. Ella los hace sentir que pueden hacer cosas que ningún hombre común puede hacer. Pero éste es su ardid. Y en seguida el camino sin corazón se vuelve contra los hombres y los destruye. No cuesta mucho morir, y buscar la muerte es no buscar nada.

 

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