Para las Mujeres, Casi Divinas

Publicado por Sebastião Verly 6 de marzo de 2020

La mujer es para ser amada y punto final. El resto es complemento o rutina. Desde temprano la muchachita sueño con príncipes encantados, con días mejores, con parientes y amigos buenos, con el amor sincero en todas las maneras de amar.

Las mujeres nos encantan desde niñas. Vean los juegos y bromas femeninas, ¡qué gracia y belleza! Parecen más felices que los chicos. Quien mira a una joven corriendo de pies descalzos, saltando la cuerda, ¿será que aún existe? Saltando “amarelinha”, que en mi infancia se llamaba “pular maré”, jugando “Seis Marías” o “Mariquinhas”, uno siente que son seres diferentes.

Enamoradoras o recatadas, cuando comienzan a desabrochar en la adolescencia, causan estragos en la cabeza y el corazón de quien se enamora de ellas. Aprenden a besar, abrazar y a enamorarse como sólo ellas los saben hacer. En casa, tienen un modo cariñoso de ayudar en las tareas diarias y parecen hasta más cariñosas con los padres, hermanos y después con los sobrinos e hijos. Más comportadas, más quietas, muestran más respeto a los más viejos y solidaridad a los de la misma edad.

En la escuela hacen todo lo posible para ser buenas estudiantes. Se esmeran e ilustran los trabajos. Los cuadernos siempre reciben flores y otros ornamentos. Con el tiempo, quieren estudiar más y más, y hoy son la gran mayoría en las universidades. Una vez u otra, cuando la consciencia o la voluntad lo exige, practican leven pero corajudas rebeldías. Las niñas, jóvenes y mujeres aprenden a mantener la altivez y la integridad, conquistando todo lo que anhelan por su propio mérito.

En el matrimonio, las mujeres normalmente representan el equilibrio. Son amables con la familia del marido, con los hijos y sus colegas. Son consejeras en todos los asuntos. Saben cuidar y aceptan cuidados, siempre que sean espontáneos y sinceros, siempre usando su “sexto sentido”. Son más fieles, por la propia cultura, pero aman con intensidad y erotismo. La mujer sueña más, en el amor la cabeza va a las estrellas, pero al mismo tiempo mantiene los pies en el suelo y guarda el sentido de la realidad. Cariñosas y seductoras, resisten mucho a romper una relación amorosa. Sufren en silencio o lloran abiertamente, con ternura y delicadeza cuando hay desencuentros.

Pero cuando la separación es inevitable tienden a asumir los encargos familiares con responsabilidad y orgullo. En el caso del divorcio son capaces de recomenzar la vida solas o abrazar a un nuevo compañero. Instintivamente saben que lo importante es que todos tengan muchos momentos de felicidad. De la misma manera dejan a su ex marido caminar rumbo a la realización de nuevos sueños, entendiendo que eso es lo mejor también para los hijos. Acostumbran a ser más tolerantes y cuidan mejor de los sentimientos, logran más fácilmente superar las heridas y resentimientos. La mujer generalmente tiene en sí más generosidad para ofrecer, lo que ciertamente contribuye a abrirle más puertas.

De a poco, especialmente a partir del derecho de votar, y después también del de ser votada, las mujeres se enfrascan en la política, en la lucha por los derechos humanos y por buenas políticas públicas. Con algún sacrificio, como doble o triple jornada, ellas abrieron las puertas del mundo del trabajo y lo hacen bonito delante de sus colegas masculinos. Asumen cargos de alta responsabilidad, y por la esencia femenina, por la integridad de su formación, demuestran más honestidad. Abren sus horizontes y facilitan lo mismo para todos alrededor. Cada día más asumen posiciones antes restringidas a los hombres, introduciendo en ellas su delicadeza y amabilidad.

Aunque demuestren una percepción más aguda sobre el carácter de las personas, son más crédulas y tienden a confiar más en los otros. Saben que es importante tener certeza de que aún existen amigos verdaderos. Hoy las mujeres osan más y aventuran bastante en todos los aspectos. Ellas demuestran más osadía en la defensa de los hijos e hijas por toda la vida.

El hecho es que las mujeres, en diferentes grados, están enseñándonos a vivir con mayor calma y serenidad. Otros sentimientos que difunden el de la fe y el de la esperanza. Ellas envejecen con más dulzura y la mayoría de las veces, aceptan la edad con más resignación. Y hasta cuando van a partir de esta vida parece que facilitan las cosas para quien se queda. Parten serenamente y nos dejan la añoranza.

Todos los años escribo un mensaje para el Día Internacional de la Mujer. Este año me atrasé un poco, pero como todos los días son para homenajear a la mujer, aquí está mi sencillo homenaje.

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