Sabiduría
El problema del manotazo no es el manotazo, es el ruido.
No se apresure en perdonar. La misericordia también corrompe.
Sólo el enemigo no traiciona nunca.
Comenzaba a tener miedo de los otros. Aprendía que nuestra soledad nace de la convivencia humana.
Sólo no estamos de cuatro patas bramando en el bosque porque el sentimiento de culpa nos salva.
Entre el psicoanalista y el enfermo, el más peligroso es el psicoanalista.
Desde el cáncer de mama hasta la erupción, todo es falta de amor.
Es necesario ir al fondo del ser humano. Él tiene una cara linda y otra hedionda. El ser humano sólo se salvará si al pasar la mano en el rostro reconoce la propia hediondez.
Cualquier niño parece hoy un experimentado y perverso enano de 47 años.
El adulto no existe. El hombre es un niño perenne.
El joven tiene todos los defectos del adulto y uno más: la inmadurez.
Hasta los canallas envejecen.
En la azafata hay una nostalgia de quien va a morir luego. Fíjense cómo ve las cosas con la dulzura de una última mirada.
Desconfío mucho de los vehementes. Por lo general el sujeto que brama está a un milímetro del error y de lo obtuso.
La mayoría de las personas imagina que lo importante en el diálogo es la palabra. ¡Mentira! Y repito: – lo importante es la pausa. Es en la pausa que dos personas se entienden y entran en comunión.
Dios sólo frecuenta las iglesias vacías.
Si Cristo en vez de morir en la cruz hubiese muerto de tos ferina a los cuatro años, ¡no habría sido Cristo!
El hambre es mansa y casta. Quien no come no ama, ni odia.
Toda coincidencia es inteligente.
Toda coherencia es, como mínimo, sospechosa.
La duda es autora de los insomnios más crueles.
Con suerte usted atraviesa el mundo, sin suerte usted no atraviesa la calle.
Envidio la idiotez, porque es eterna.
El “hombre de bien” es un cadáver mal informado. No sabe que murió.
Existen situaciones en que hasta los idiotas pierden la modestia.
El ser humano es ciego para los propios defectos. Jamás un villano del cine mudo se proclamó villano. Ni el idiota se dice idiota.
Cualquier individuo es más importante que la Vía Láctea.
No hay nada más relapso que la memoria. Me atrevo incluso a decir que la memoria es una estafadora, una emérita falsificadora de hechos y de figuras.
Otrora, los mejores pensaban por los idiotas. Hoy los idiotas piensan por los mejores. Se creó una situación realmente trágica: o el sujeto se somete al idiota o el idiota lo extermina.
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