La impecabilidad no es nada más que el uso apropiado de la energía. Mis afirmaciones no tienen ni una gota de moralidad. Economicé energía y eso me torna impecable. Para comprender eso, tú mismo tienes que economizar energía suficiente.
Los guerreros elaboran listas estratégicas. Anotan todo lo que hacen. Después deciden cuáles de esas cosas pueden ser mudadas de modo que permitan ahorrar parte de la energía que consumen. Esa lista estratégica cubre sólo los patrones de comportamiento que no son esenciales a nuestra sobrevivencia y bienestar. Una de las principales preocupaciones de los guerreros es liberar esa energía para poder encarar lo desconocido con ella. La acción de recanalizar la energía es la impecabilidad.
No importa lo que los otros hagan o digan. Tú debes ser un hombre impecable. La lucha se libra en nuestro pecho. Hay que dedicar todo el tiempo y toda la energía para poder superar la propia estupidez. Y eso es lo importancia. El resto no vale la pena. En cambio, el ser un guerrero impecable te dará vigor y juventud y poder.
Las razones de los guerreros son muy simples, pero su finura es extrema. Es una oportunidad rara para un guerrero tener una genuina chance de ser impecable a pesar de sus sentimientos básicos.
La impecabilidad, como tantas veces lo he dicho, no es moralidad. Sólo parece ser moralidad. La impecabilidad es simplemente el mejor uso de nuestro nivel de energía. Naturalmente exige frugalidad, previsión, simplicidad, inocencia; y por sobre todas las cosas, requiere la ausencia de la imagen de sí.
Todo esto se parece al manual de vida monástica, pero no es vida monástica. Los brujos dicen que, a fin de tener dominio sobre el movimiento del punto de encaje, se necesita energía. Y lo único que acumula energía es nuestra impecabilidad.
Un guerrero no puede sentirse desamparado, desconcertado, ni asustado, bajo ninguna circunstancia. Para un guerrero sólo hay tiempo para su impecabilidad; todo lo demás agota su poder, la impecabilidad lo renueva.
La impecabilidad es hacer lo máximo en todo lo que emprendas. La llave para todos esos asuntos de impecabilidad es el sentido de no tener tiempo. Como regla general, cuando sientes y actúas como un ser inmortal que tiene todo el tiempo del mundo, no eres impecable; en esas ocasiones, deberías darte vuelta, mirar alrededor y comprender que tu percepción de tener tiempo es una estupidez. No hay sobrevivientes es ese mundo.
Ver es para hombres impecables. Templa tu espíritu, llega a ser un guerrero, aprende a ver, y entonces sabrás que no se terminan los mundos nuevos mundos para nuestra visión.
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